Gestión de la justicia social, cambio climático y sociedades de supercontrol en la agenda reflexiva del socialismo internacional
Alfred Gusenbauer, primer ministro de Austria y titular del socialismo de ese país, es amigo personal de Rubén Giustiniani de los tiempos en que ambos militaban en la Unión Internacional de Juventudes Socialistas. Los une una relación de afecto y de coincidencias ideológicas. Giustiniani organizó una conferencia especial del líder austríaco en su visita de Estado, en Buenos Aires con el tema el socialismo del futuro.
Gusenbauer -considerado uno de los más notorios teóricos del socialismo internacional- trazó tres ejes de tareas o desafíos del movimiento socialista internacional. En primer lugar, relacionó analíticamente el concepto de justicia social al de cohesión social. Dijo que uno de los desafíos del socialismo es gestionar la justicia social con el convencimiento que de esta forma se contribuye a una mayor cohesión (como se observa, un enfoque sociológico de la justicia social). Y ejemplificó que el principal instrumento para esta tarea es la educación igualitaria, gratuita y universal. Dijo que no solo las sociedades se cohesionan con una adecuada gestión de la justicia social por la vía de la distribución de las riquezas, sino también -y en modo determinante- por la distribución de las posibilidades sociales (donde incluyó, también, el acceso igualitario a los servicios básicos). Y recalcó que, en una economía global dominada por las posibilidades de acceso y gestión del conocimiento, el nivel educativo de las sociedades define la justicia social y la cohesión en un marco de relaciones sociales fundamentales para la convivencia.
El segundo aspecto señalado por Gusenbauer fue el proceso político social que se desarrolla en torno al cambio climático. Sostuvo que el socialismo debe involucrarse en los movimientos y movilizaciones porque, hasta ahora, "sigue decidiendo el capital". En esta pespectiva trazó un paralelismo histórico con el movimiento por la paz durante el período de la guerra fría. Dijo que el movimiento por el equilibrio del uso de los recursos naturales debería tener la misma fuerza e identidad ideológica que caracterizó a las posiciones antiarmamentisticas de los 60.
Por último, señaló que luego del atentado del 11 de Setiembre, las sociedades ingresaron en una etapa de "supercontrol" de la individualidad. Y dijo que estas sociedades del supercontrol (nótese el parentezco conceptual con la noción foulcaultiana de sociedades de control) tienen a los sectores liberales como principales impulsores. En este campo, por las consecuencias directas que tiene para los derechos pesonales, dijo que el socialismo tiene un desafío.